“Ser reportero gráfico no es fácil. Va mucho más allá de componer un motivo y apretar un botón. El buen fotógrafo de prensa debe reunir una serie de cualidades tales como saber mirar, poseer tacto y simpatía al relacionarse con las demás personas; estudiar y estar informado y ser dueño de una mente despierta y ágil. Habilidad motriz, perseverancia, suerte, valor y espíritu de equipo también deberán formar parte de sus virtudes”. Así lo afirma el especialista venezolano Carlos Abreu (1989) en el artículo “El reportero gráfico: testigo ocular de la historia.”, publicado en el libro El estallido de febrero (pág.51).
Todas esas virtudes, sin embargo, no han alcanzado para dar prestigio a este especialista. En ese mismo artículo Abreu define al reportero gráfico como el más subestimado profesional de la comunicación social y comenta que ha sido considerado en los últimos cien años como un simple auxiliar del periodista-reportero, cuando en la praxis su oficio no pocas veces tiene iguales o mayores exigencias que el de éste. El menosprecio que rodea al ejercicio del reporterismo gráfico se manifiesta en el hecho de que la mayoría de los profesionales que nutren a la prensa venezolana no completaron sus estudios y llegaron al oficio sin haber practicado antes la fotografía sino que por azar o circunstancias aprendieron en un laboratorio y luego se pulieron en la calle.
“El periodismo, ya se ha apuntado, difícilmente se enseña, pero sí se aprende. Y no necesariamente en una escuela o facultad. Es útil, pero en absoluto imprescindible que así sea”, dirá Miguel Ángel Bastenier (2001) en las palabras introductorias de su libro Blanco Móvil, Curso de periodismo (pág.17). Parafraseando a Bastenier, bien cabe decir que la fotografía periodística difícilmente se enseña, pero sí se aprende. De hecho, poseer estudios universitarios de Comunicación Social no es requisito en Venezuela para ser aceptado en un periódico como reportero gráfico. En realidad no existe ninguna regulación al respecto. Sólo es cuestión de enterarse, a través de un conocido, que un diario está en búsqueda de un fotógrafo y presentarse a la entrevista. Incluso, el tan popular portafolio que usan los fotógrafos de muchos países para mostrar sus trabajos realizados o publicados a manera de curriculum, es aquí iniciativa de unos pocos.
Cuenta el periodista José Pulido (1992) del italiano Luigi Scotto, uno de los más importantes fotorreporteros del periodismo venezolano, que en 1947 apenas dos días después de haber llegado éste al país procedente de Nueva York, mientras se encontraba paseando por los alrededores de la Plaza Bolívar con su cámara Leica colgada al cuello, fue increpado por un desconocido: “¿Usted es fotógrafo?, en Últimas Noticias están buscando un fotógrafo”. Luigi respondió preguntando ¿qué era Últimas Noticias? Al saber de qué se trataba fue en busca del empleo y lo consiguió (pág.8).
Esto nos habla de la informalidad de este oficio en nuestro país, quizás su característica más resaltante. Pero esa informalidad no le quita relevancia al trabajo que estos profesionales realizan cotidianamente. Para la historia han quedado las gráficas del 14 de febrero de 1936, del 18 de octubre de 1945, del 23 de enero de 1958, de El Porteñazo de 1962, del 27 de febrero de 1989, del 4 de febrero de 1992, o las del golpe de Estado en Venezuela el 11 de abril de 2002 y los sucesos de esos días hasta el retorno del presidente Chávez en la madrugada del 14 de abril de 2002. De hecho, fue en este campo donde nuestro país obtuvo el primer y único premio Pulitzer de su historia, otorgado a Héctor Rondón por una de sus fotografías de El Porteñazo. Esta contradicción entre la trascendencia del trabajo fotográfico y la escasa formación de sus autores fue una característica del periodismo fotográfico venezolano del siglo XX.
Pero ¿qué es un reportero gráfico? La carrera como tal no existe, ni existe como especialización dentro de los estudios universitarios de Comunicación Social en el país. Su formación académica se remite apenas a una materia obligatoria dentro del pensum de estudios de dicha carrera en las distintas universidades donde se imparte esta profesión.
Sabemos que el reportero gráfico es en principio un fotógrafo, pues se dedica a tomar fotografías y vive de eso, sólo que además de fotógrafo, el reportero gráfico es, para algunos, también un periodista. De allí la confusión de nombres que rodea a la profesión: fotoperiodismo, reporterismo gráfico, periodismo fotográfico, fotografía de prensa. La mezcla de especialidades intrínseca al oficio hace difícil una definición.
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