El origen del fotoperiodismo se encuentra estrechamente ligado a la denominada fotografía documental . El sustento teórico y práctico de la actividad fotoperiodística se desprende y alimenta del postulado dogmático de que la fotografía documental (en su atribución de garantía testimonial de la verdad), se vincula indefectiblemente al compromiso de no modificar ni influir sustancialmente la realidad.
Inclusive, la confusión de algunos fotógrafos contemporáneos los conduce a asegurar todavía, que el método de la fotografía documental es la fotografía directa , y que este modo de acercarse neutralmente a la realidad, evita su manipulación y la prevalencia de lo estético sobre el simple registro de los acontecimientos sociales.
Las declaraciones de los autores de la exposición New Topographics presentada en la George Eastman House de Rochester en 1975, ilustran fehacientemente dicha confusión:
“Bevan Davis hablaba del << esfuerzo hecho para que la cámara vea casi por ella misma >> . Lewis Baltz: << Quiero que mi trabajo sea neutral y libre de cualquier postura estética o ideológica >> . Joe Deal: << Las preferencias personales y los planteamientos éticos actúan como una interferencia en la imagen >>.
Sin embargo, al observar con detenimiento la praxis sociológica de la fotografía documental en el contexto histórico de su aparición, encontramos datos reveladores que aportan información contraria a los preceptos convencionales
“El documental es un enfoque y no una técnica; es una afirmación y no una negación…La actitud documental no es el rechazo de elementos plásticos, que deben seguir siendo criterios esenciales en toda obra. Solamente da a esos elementos su limitación y su dirección. Así, la composición se transforma en un énfasis, y la precisión de línea, el foco, el filtro, la atmósfera –todos esos componentes que se incluyen en la ensoñada penumbra de la << calidad >> -, son puestos al servicio de un fin: hablar, con tanta elocuencia como sea posible, de aquello que debe ser dicho en el lenguaje de las imágenes”
Esta cita atribuida al director de la Farm Security Administration, Roy E. Stryker,* constata que la fotografía documental desde su génesis socio-económica se conformó como un punto de vista, un enfoque, un estilo, que jamás negó los elementos estéticos de la fotografía ni tampoco el carácter subjetivo que la distingue. Es pertinente añadir que los aspectos de respeto y sensibilidad ante los fenómenos sociales no son privativos de la fotografía abordada desde la perspectiva documental de aquel entonces, sino del trabajo fotoperiodístico de todas las épocas de la sociedadfotográfica .
De lo anterior se deduce, que el fotoperiodismo no es sinónimo de fotografía documental. Ésta adquiere esa designación exclusivamente por la intención que persigue; la de convertirse en un momento determinado en documento visual. Además del sentido documental, la actividad fotoperiodística profesional puede adoptar múltiples puntos de vista para abordar los acontecimientos de interés general: compromiso social, denuncia, carácter testimonial, etc.
En resumidas cuentas, toda fotografía periodística que tenga el carácter, el estilo, y la intención documental, sólo puede ser comprendida y definida como tal, por el uso social que se haga de ella. Es decir, toda fotografía, incluyendo a la fotoperiodística, puede producirse, leerse e interpretarse desde una perspectiva documental.
“Así, cualquier foto puede ser entendida como un documento si se infiere que contiene información útil sobre el tema específico que se estudia”